FILOSOFÍA EFÍMERA

La Filosofía es efímera, porque la vida del hombre es efímera, y con ella sus pensamientos: el sistema racional vertebrador sobre el que se construye -mediante la metodología del análisis conceptual del conocimiento de la existencia humana- la misma Filosofía, es decir, nuestro saber no empírico.

Sí, toda Filosofía es pasajera, porque pasajero y cambiante es el hombre. Si no fuera así, la historia de la Filosofía de la humanidad no estaría sembrada de un reglero sinfin de pensadores que se suceden de manera continua, en muchos casos contradiciéndose, oponiéndose e imponiéndose entre sí a cada nueva generación. Axioma del cual podemos deducir dos proposiciones relevantes:

1.-No existe una verdad única, porque no existe un pensamiento único inalterable a la evolución humana como especie, ni a la evolución existencial del individuo a lo largo de su propia vida personal, siendo lo contrario ya no Filosofía sino Religión.

y, 2.-Si la Filosofía es la búsqueda de la sabiduría (etimológica y conceptualmente hablando), siendo la Filosofía alterable por efímera, no existe para la humanidad una sola, única y verdadera sabiduría.

De hecho, la sabiduría es una aptitud que adquiere el ser humano mediante la aplicación de la inteligencia sobre la experiencia propia (inteligencia sin experiencia solo es conocimiento, ya sea éste certero o no), por lo que nos hayamos frente a dos grandes determinismos: la capacidad cognitiva de la persona y el condicionante ambiental donde se enmarca el desarrollo de dicha experiencia. De ahí, por ejemplo, que la sabiduría sobre la moral de Kant (filósofo alemán del XVIII) difera de la sabiduría de la moral de Nietzsche (filósofo alemán del XIX). Divergencias de sabiduría que no solo vienen marcadas por contextos históricos diferentes, sino también geoculturales y de clases sociales, sin olvidar los psicológicos que son propios de la capacidad íntima de descodificar y gestionar la realidad más inmediata por parte de una persona.

Así pues, ¿cuál es la Filosofía correcta?. Aquí ya debemos de hacer una doble distinción: a nivel individual, aquella que le sirva a la persona para dar sentido a su propia existencia; mientras que a nivel social, aquella que sirva a una colectividad humana para desarrollarse óptimamente como estructura orgánica organizada mediante unas reglas comunes consensuadas. Una doble dimensión de la Filosofía que puede generar una situación de alineación o desalineación entre la Filosofía individual y la social, estadios potencialmente posibles no solo como consecuencia directa de la capacidad de libre pensamiento de las personas a título individual (a pesar de los tiempos de escaso pensamiento crítico que corren), sino también del continuo y vertiginoso cambio y transformación que protagoniza la sociedad contemporánea. Escenarios posibles que en el caso de una desalineación entre Filosofía individual y social viene resuelto por la relación de niveles de poder entre ambos (cuyo objeto de reflexión se merece un apunte a parte).

Sí, la Filosofía, por ser una creación humana, es efímera por naturaleza. Por lo que en el día de hoy, y con plenas facultades mentales, me reivindico y declaro como Filósofo Efímero. Y desde mi impermanencia condicionada a mi contexto existencial (el pequeño teatro de mi vida donde a veces, más que de actor principal, me da la sensación de interpretar un papel secundario como extra), reflexiono sobre los divinos y mundanos misterios de la existencia humana con intensa efimirez. Pues efímeros e intensos son mis pensamientos plasmados en efímeras e intensas líneas reflexivas como estas. De la efimirez existencial provengo, y tras esforzarme por sentirme vivo, a la efimirez de la existencia regresaré. Pulvis es et in puverum reverteris

Jesús A. Mármol, 
En un punto del Mediterráneo, a Noviembre de 2017


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